"SIN QUERER SE MATÓ UN INGLÉS..."

 Por Pedro Socorro Santana (Periodista e historiador, Cronista Oficial de Santa Brígida)






Seguramente, habrás oído esta expresión que forma parte del acervo proverbial canario, pero quizás desconozcas que el protagonista de la historia fue un vecino de Santa Brígida, Gran Canaria. Alude a un suceso accidental ocurrido en los primeros años del siglo XX cuando un campesino satauteño, de apellido Ascanio, mayordomo en la hacienda de San José de Las Vegas, bajó a la ciudad con un carruaje cargado de verduras.
Se cuenta que al llegar a la capital, los animales se pusieron remolones y Ascanio, bruto como un arado, comenzó a castigar a las mulas para que continuaran la marcha. La escena fue vista por un turista inglés que le recriminó su actitud violenta con los animales. Ascanio no se atorró y, en medio de la trifulca, el extranjero cayó hacia atrás, golpeándose la cabeza contra una acequia. Falleció a los pocos días como consecuencia de las heridas fatales.
Antes del proceso judicial, el acusado mostró su disgusto, defendiendo la versión accidental del caso; que fue sin querer. La defensa del campesino la llevaría su patrón (Manrique) que logró la absolución del reo. Entretanto, en la sociedad isleña surgió esa expresión tan popular que hoy sirve de advertencia ante cualquier acción un tanto temeraria que llevemos a cabo, pero también para censurar la irresponsabilidad y desidia de determinados comportamientos humanos que, en ocasiones, trae consigo fatales consecuencias, como la pérdida de la propia vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

TRISCORNIA EN EL RECUERDO DE UN CANARIO

JUAN BLAS HERNÁNDEZ, EL ETERNO REBELDE (III Y FINAL)

MERCEDES PINTO, VIAJE A LA CUBA PROFUNDA